Para lograr que nuestros hijos sean responsables por sus propias vidas.
Para empezar, educamos para la libertad. Para que durante la vida adulta no deban depender de nosotros ni de nadie, sino que puedan hacerse cargo de sí mismos. Cada niño debe crecer con la certeza de que es el arquitecto y constructor de su vida, y que por lo tanto cada acto, tiene consecuencias.
Para que sean autosuficientes. Educamos para que puedan autosustentarse con el nivel de bienestar con el que se sientan cómodos, pero sabiendo que ni bienes materiales ni placer, son sinónimos de felicidad.
Educamos para que desarrollen el pensamiento crítico, el sentido común, la empatía y la resiliencia. Y sobre todo, para que potencien su fuerza de voluntad. Porque estas habilidades, más que el conocimiento de historia o matemática, son las que le permitirán descubrir sus intereses e ir detrás de sus sueños.
Para que se conviertan en buenos ciudadanos e incorporen valores morales. Los seres humanos somos seres interdependientes. El bienestar de uno, depende de todos. Si cada persona asume sus derechos ciudadanos pero también sus deberes, el mundo será un lugar mejor. Educar es enseñar el sentido de justicia, la tolerancia, la cooperación, la aceptación de la diversidad, la igualdad de género. Es enseñarles a valorar a la familia, los vecinos, los amigos, el diálogo, los momentos de encuentro.
Para que incorporen límites, y desarrollen hábitos de higiene, de salud y de alimentación. Los niños nacen pensando que el mundo les pertenece y que pueden hacer lo que quieren y cuando quieren. Los padres tenemos el deber de mostrarles los límites tantas veces como sea necesario hasta que naturalmente formen parte de sus vidas.
Para que puedan manejar sus emociones. Porque esto es lo que les permitirá valerse por sí mismos y encontrar bienestar cada día.
Para que valoren el milagro de sus propias vidas, descubran sus talentos y persigan sus sueños. Nada hace tan feliz a un ser humano como hacer aquello para lo que siente que llegó al mundo. Educamos para que nuestros hijos puedan estar satisfechos con lo que tienen, sin dejar de luchar por lo que quieren.
Desarrollo de contenidos: Lic. Raquel Oberlander.